martes, 3 de febrero de 2009

Texto 9 - El medio rural en Euskal Herria

Tipología de espacios rurales

Espacios periurbanos. Como ejemplo podríamos considerar Oiartzun. Sus circunstancias vienen determinadas por la proximidad espacial a la ciudad que tiene una dinámica expansiva y constituye un importante centro que concentra demandas, oportunidades, etc...
Rasgos: competencia fuerte en los usos del suelo, especulación, desarrollo de funciones nuevas, desarrollo de equipamientos para la ciudad pero al mismo tiempo carencias de servicios locales porque es asistida desde el centro urbano. Los centros de estas características se ven afectados por modificaciones de los usos tradicionales: agricultura progresiva muy capitalizada e intensiva en energía ya la vez abandono baldíos por expectativas nuevas en el uso del suelo. Contradicciones. Áreas diferenciadas, zonificación.

Zonas rurales dotadas de recursos especiales para actividades secundarias o terciarias (ocio) como playas o balnearios. Cualquiera de las localidades costeras de Gipuzkoa y Bizkaia podrían servirnos de ejemplo. Son localidades dinámicas. Los problemas pueden ser similares a los de las localidades anteriores, pero tal vez más indiferentes a la distancia a la ciudad, aunque pueden ser próximas a la ciudad. Sufren una urbanización intensa, desgajada de la ciudad -llegan a ser nuevos enclaves urbanos en marco rural. En ocasiones, en particular cuando están alejadas de la ciudad, tienen necesidad de dotarse de equipamientos propios para una clientela exigente.
Uno de sus mayores problemas, además de la pérdida de calidad estética es el de la estacionalidad de la actividad. La ordenación puede ir en la línea de compensar la baja estación con actividades alternativas y controlar estrictamente los usos del suelo.

Medio rural tradicional pero con acceso al desarrollo, poco definido en cuanto a componentes pero con una agricultura en expansión y con tendencia a la especialización productiva. (Areas vitícolas, regadíos, de los que hallaríamos muchos ejemplos en la Ribera de Navarra y en la Rioja alavesa). A veces tienen problemas de despoblación, o ligados a la intensificación -abandono de recursos tradicionales o sobrexplotación de otros-, problemas ligados a la monoproducción, de los que derivan desequilibrios ecológicos. Pueden ser dinámicas o zonas en declive O estancadas.

Zonas rurales profundas, alejadas de las ciudades, con escasa dotación para responder al reto de la revolución agraria o modos actuales de producción. Es aquí donde se manifiestan los problemas de decadencia demográfica, desertización. Desequilibrios sociedad/naturaleza. Zonas marginales. Zonas deprimidas. El caso extremo serían los pueblos abandonados, en los cuales habría que intervenir porque al no haber población, son espacios muy vulnerables (p.e. riesgo de incendios). Este modelo puede identificarse también con algunas áreas alavesas o navarras.

Como las anteriores pero participando de un medio natural atractivo y frágil, con espacios poco artificializados, espacios naturales. Los valles pirenaicos navarros constituirían un buen ejemplo de este modelo. Dadas sus características, son áreas con dificultad para absorber nuevas demandas. En general ya través de un sistema de adaptación al medio han desarrollado actividades y usos tradicionales muy especializados (integración agro-silvo-pastoril). Adolecen de insuficiencia de equipamientos y por su calidad/fragilidad exigen fórmulas de intervención proteccionista radical. Carecen de recursos propios para competir con áreas más favorecidas en medios de producción y, por otro lado, requieren que la demanda presente un umbral muy bajo porque cualquier exceso puede desvirtuar la calidad del medio.

Autora --> Asunción Urzainki Mikeleiz
Antoines. Bailly

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